domingo, 3 de abril de 2011

Santiago-Shanghai 2028

Santiago. Lunes 5 de junio del 2028.

A las 5:45 pm Jaime oye un zumbido y replica "escucho", comando que activa una amistosa voz desde la pantalla de su PDA que le recuerda que en 45 minutos más debe presentarse en el aeropuerto Comodoro Merino Benítez, Terminal 3. Sale de la oficina a las 6:00 pm con su equipaje hacia la estación del metro que lo deja en el nuevo terminal aéreo del aeropuerto de Santiago.

Jaime se dirige a la manga del vuelo 710 de TAN Airlines y deja su equipaje en la correa transportadora. Se acerca a la puerta de entrada y el bioidentificador lo saluda con su nombre y apellido, le dispensa una botella con 200ml de Criogate -que Jaime inmediatamente comienza a beber- y le permite el ingreso al avión Boeing 807.

Éste es el primer crio-vuelo que Jaime experimentará y eso lo tiene fascinado, pero a la vez nervioso. Nervioso porque aunque ya cientos de miles de pasajeros han probado exitosamente esta nueva forma de realizar viajes largos, igual se entrega a manos de esta innovadora aerolínea, de la que por varias horas dependerá su salud física y su psiquis. Lo tranquiliza algo el hecho de que obtuvo sin mayores problemas el certificado médico para crio-viajar por 5 años. Fascinado pues las ventajas de viajar criogenizado son evidentes, por ejemplo: (1) al reducirse fuertemente el metabolismo durante el viaje y caer en un sueño profundo e ininterrumpido su cuerpo y su cerebro habrán descansado y recuperado energía como si hubiese dormido más de 8 horas placenteramente; (2) el tiempo de viaje es de 18 horas, pero el tiempo biológico transcurrido equivale a sólo 1 hora, por lo que literalmente se ahorra 17 horas de vida a la ida y otras 17 a la vuelta, es decir, llegará de vuelta a Santiago 34 horas más joven que lo que habría sido hacer este mismo viaje en un avión no criogénico de la competencia de TAN. Bueno, después de todo, éstas son muy buenas razones por las que prefirió volar en TAN y pagar la diferencia de tarifa. Jaime calcula que si sigue en este trabajo por cinco años más, viajando a China una vez al mes, se ahorrará en total 85 días de vida que podría aprovechar para realizar muchas cosas entretenidas. ”Bendita la hora –piensa Jaime- en que China pasó a ser la potencia económica mundial y que todos los negocios de mi empresa giran en torno a ella, esto me ha rejuvenecido...”; rebuscada forma de consolar la angustia que le produce haber entrado a los cuarenta.

Una vez dentro del avión se recuesta sobre la camilla que encuentra en la posición 17-2-A, código que indica el N° de fila, el N° de eje dentro de la fila y la letra asociada a la camilla criogénica, respectivamente. Una vez recostado, la camilla gira en torno al eje que sostiene otras cuatro -enumeradas con las letras A a E-, ascendiendo para dejar lugar a la camilla B que ocupará el siguiente pasajero. El avión cuenta con una capacidad total de 600 camillas criogénicas, además de los asientos de tripulación. Una vez concluido el ingreso de los pasajeros, los tripulantes de cabina les explican muy convincentemente las ventajas de esta forma de volar y lo pionero que ha sido TAN en esto y dan las instrucciones finales para luego comenzar el proceso de criogenización acelerada de primera fase. Jaime y otros clientes que compraron la opción de “aprendizaje criogénico”, que estaba disponible en la página web de TAN –y aquí otra vez la compañía aérea preferida de Jaime fue pionera - por un costo extra muy razonable, proceden a enchufar sus crio-learning-chips (más conocidos como CLC) en la entrada USX correspondiente. “Por fin –piensa Jaime, quien se educó en escuela bilingüe en inglés como gran parte de sus pares de generación- podré aprender y dominar estas lenguas asiáticas y así reducir esta brecha que tanto me ha limitado en mis negocios...”. Es verdad que le ha costado mucho el aprendizaje de las lenguas asiáticas con los métodos tradicionales que le han obligado a invertir muchísimas horas de su tiempo útil a un no despreciable costo y consiguiendo apenas un nivel de 40% en mandarín. Pero lo que le ofrece TAN con sus sistemas IFBTS (In Flight Brain Training Systems por su sigla en inglés)  es increíble: luego de este viaje podrá dominar los 3 principales dialectos chinos; es decir, se bajará del avión en Shanghai y hablará como un chino más, lo que sin duda tendrá un muy positivo impacto en la gestión de sus negocios, en la apreciación y aprendizaje que podrá hacer de la cultura asiática y en el establecimiento de mejores y más profundas relaciones con sus principales clientes.

Mientras los cilindros empiezan a ser cubiertos por tapas de fibra de vidrio transparente herméticas y un ligero vapor empieza a llenarlos,  Jaime echa a volar su imaginación y piensa aún incrédulo “si este sistema de aprendizaje funciona realmente, en el próximo viaje me voy por el entrenamiento para pilotear helicópteros”. Es verdad, su sueño desde hace mucho tiempo ha sido poder pilotear helicópteros, pero no ha tenido el tiempo para hacer los largos cursos, ¡pero ahora el IFBTS de TAN le permitiría completar el curso sin ni siquiera darse cuenta! Solo le quedaría dar el examen para recibir su certificado. Cuántas otras ideas se le estaban viniendo a la cabeza para aprovechar el “tiempo regalado” de estos viajes con esta increíble tecnología, pero a los pocos minutos Jaime no sabe más de sí mismo pues su temperatura corporal ha bajado a 5°C y duerme profundamente sin ni siquiera soñar, aunque su cerebro empieza a llenarse ya con los complejos códigos de los dialectos chinos. La tripulación de cabina, experta en control de sistemas de criogenización, deja pasar los 30 minutos establecidos para esta primera fase, se asegura que las  condiciones de las 600 camillas y sus pasajeros estén dentro de los índices normales de seguridad del vuelo y dan comienzo al proceso de criogenización de segunda fase...

Sergio Mendoza Corominas

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