Mostrando entradas con la etiqueta correlación entre felicidad y equidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta correlación entre felicidad y equidad. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de mayo de 2015

Inequidad y felicidad: Chile vs Latinoamérica

Mucho se habla en Chile de que el principal problema del país es la distribución de la riqueza. A menudo escuchamos que en este ámbito Chile es el peor país de Latinoamérica. He tenido la suerte de poder viajar bastante al extranjero en los últimos años, incluyendo a diversos países de la región y, puedo decir que al menos desde un punto de vista subjetivo, la anterior tesis no me cuadra. He querido entonces indagar un poco en los datos duros disponibles en diversas fuentes para contrastar las percepciones con la realidad.

Con esto en mente me tomé la molestia de consolidar en el siguiente gráfico (¡disculpen mis pobres aptitudes artísticas!), utilizando los últimos datos confiables que encontré disponibles al 25 de mayo del 2015, en la columna izquierda lo siguiente:

1) el indicador "%Gini" del World Bank. El Gini es un índice agregado de inequidad en la distribución de la riqueza. Mientras mayor este índice, peor es la distribución de la riqueza del país;

2) el ratio "R/P 10%" (fuente Naciones Unidas), que representa el cuociente de los ingresos del 10% más rico sobre el ingreso del 10% más pobre de la población. Al igual que en el caso anterior, mientras mayor es este índice, peor es la distribución de la riqueza. La diferencia con el índice anterior está en que el R/P 10% mide la inequidad entre los extremos de la curva de ingresos, mientras que el Gini agrega toda la curva de ingresos. Si una inequidad grande es algo injusto e indeseable, es precisamente en los extremos de la curva de ingresos donde más indeseable se hace la inequidad. Podemos decir entonces que el R/P 10% representa la "inequidad dura", aquélla más urgente de resolver, aquélla de la que los países más debieran preocuparse, especialmente aquéllos con sistemas y gobiernos más socialistas, si quieren ser consistentes con el discurso que los llevó al poder;

y, en la columna derecha:

3) el "índice de felicidad" del World Happiness Report 2015, que expresa cuán satisfecha y feliz se siente la población de un país.




He incluido aquí en primer lugar el promedio OCDE y luego los datos de cada uno de los países de Latinoamérica que están disponibles en todas las fuentes indicadas.

De este gráfico surgen inmediatamente algunas observaciones:

1) Chile, con 26.2, es el 6º país de Latinoamérica con la mejor distribución de la riqueza medida con el índice R/P 10%, siendo Uruguay (11.8), Venezuela (18.8) y México (21.6) los mejores y Bolivia (93.9), Colombia (60.4) y Honduras (59.4) los peores de la región. Al compararlo con el promedio OCDE (10.1) ni Chile ni nadie en Latinoamérica, excepto Uruguay (11.8), sale bien parado.

2) Además, en este mismo índice de inequidad, Chile está mejor que Argentina (31.6) y que Brasil (40.6), las dos mayores potencias de la región, las dos principales economías del Mercosur y con modelos políticos y económicos que por décadas han sido mucho más socialistas que el chileno.

3) En el índice Gini Chile (50.8) está en el 5º peor lugar de la región, aunque igualmente logra superar a Brasil (52.7). Efectivamente, el Gini de Chile es malo comparado con Latinoamérica y pésimo comparado con el promedio OCDE (33.9), pero si alguna vez lo fue, al menos hoy Chile no es el peor de la región.

4) Chile (6670) es el 6º país más feliz de Latinoamérica, según el World Happiness Report 2015. Lo curioso es que lo superan dos países con mucho peor distribución de la riqueza: Brasil (6983) y Panamá (6786) y, a su vez, Chile supera en felicidad a Uruguay (6485) y al promedio OCDE (6585), que tienen una mucho mejor distribución de la riqueza que Chile.

En conclusión, los datos demuestran que Chile no es el peor país de Latinoamérica en distribución de la riqueza y que, por el contrario, en "inequidad dura", Chile es el sexto país mejor posicionado de la región. Los datos también demuestran que en comparación al promedio OCDE estamos todos en Latinoamérica, incluyendo Chile, muy mal parados en cuanto a los indicadores de inequidad o distribución de la riqueza, con la única excepción de Uruguay.

Por otro lado, y tal vez la conclusión más trascendente que podemos sacar de estos datos es que siendo la inequidad algo muy relevante (especialmente la inequidad dura), la felicidad de los países no está altamente correlacionada con los niveles de equidad y, en el caso de los países analizados, el índice de inequidad dura explica sólo en un 22% la felicidad (ver gráfico en anexo). Entonces, sin descuidar nuestra legítima preocupación por los problemas de equidad, debiéramos poner bastante más énfasis en comprender qué es lo que hace felices a las personas y trabajar para que nuestros índices de felicidad mejoren en el tiempo. ¡Poco sacamos con llegar a ser perfectamente equitativos en ingresos si terminamos siendo todos tristes, enfermos y aburridos!


ANEXO: Correlación entre felicidad e inequidad (incorporo este anexo a sugerencia de J Zambrano).

Al correlacionar los índices de inequidad (en el eje horizontal) con el índice de felicidad de los países de Latinoamérica y el promedio OCDE, concluimos que no hay correlación relevante: sólo de un 22% en el caso de la inequidad dura y de un 3.4% en el caso del índice Gini: