Sospecho que este modelo, si bien ha incentivado fuertemente el
consumo y el comercio y, por lo tanto, ha contribuido al crecimiento y
desarrollo económico, también está contribuyendo fuertemente a la desigual
distribución de la riqueza en Chile. Esta tesis por sí sola da para mucho más
que una columna y aclaro que no es el propósito de la presente. Más bien quiero
retomar algunas de las otras inquietudes que quedaron planteadas en mi columna de
julio:
¿Por qué los consumidores más pobres deciden endeudarse hasta
el punto de mermar su solvencia financiera y estándar de vida futuros? ¿Hay un
problema de falta de información, de falta de transparencia, o de falta de
educación de los consumidores más pobres, que los lleva a tomar decisiones que
atentan contra su bienestar futuro?
El problema planteado en dicha columna quedó abierto y agradezco los muy buenos comentarios y esfuerzos en
explicarla, que también son un importante input para la presente discusión. Intentaremos
ahora dar con una explicación definitiva a la paradoja.
Hace algunas semanas un amigo me hizo llegar una muy interesante publicación
(E.W. Dunn et al: “If money doesn’t make
you happy, then you probably aren’t spending it right”, Journal of Consumer Psychology 21 (2011)
115-125, http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1057740811000209) que me ha servido para entender mejor por
qué los consumidores hacen posible mantener este modelo que a simple vista parece
poco racional y no sustentable.
Dicho paper trata de cómo utilizar mejor el dinero para aumentar
la felicidad individual. Y justamente una de las ocho recomendaciones o
“principios” que los autores proponen para aumentar la felicidad es evitar el
consumo inmediato con pago futuro. Tomaré prestadas algunas de las excelentes
piezas de información experimental aludidas en dicha publicación (no repetiré
aquí las referencias) para elaborar mis siguientes argumentos.
De las investigaciones
y de la evidencia experimental se infiere un impacto negativo medible en la
felicidad de los consumidores por usar el crédito para consumir en forma
inmediata y pagar en el futuro. Este perjuicio en la felicidad se produce
debido a que la compra con crédito:
1) lleva al consumidor al aumento paulatino
de sus deudas, reducción de sus ahorros y detrimento de su pensión de
jubilación;
2) elimina la “anticipación”, esa fuente
gratis de felicidad asociada a la expectativa del consumo futuro que puede
incluso producir más felicidad que el mismo consumo (ver figura 1)
3) elimina la incertidumbre asociada al
consumo futuro cuando no se sabe en qué se va a gastar el dinero. Y esta
incertidumbre también es una fuente de felicidad;
4) hace cambiar negativamente la
elección de los productos a consumir, pues el consumo inmediato tienta a las
personas a caer en vicios, a elegir productos que generan placer inmediato pero
costos en su salud.
Es decir, al comprar productos
a crédito los consumidores no sólo incurren en mayores costos económicos, sino
que además reducen en forma considerable su potencial de felicidad.
Volvemos a preguntar entonces: ¿por qué los consumidores eligen comprar a crédito aun con los altos
costos de bienestar que este sistema acarrea?
He aquí una de las claves para responder la pregunta que queremos responder: las investigaciones experimentales muestran que el consumo presente
ejerce una muy poderosa fuerza sobre la mente del consumidor, que lo lleva al
sesgo de “anhedonia futura”, es decir, al error de siempre subestimar el placer
que sentirá por consumir un producto en el futuro (en comparación al placer que
realmente termina sintiendo al consumirlo). Este hecho es sorprendente y su
causa raíz no está explicada en el paper.
Sospecho que este comportamiento sesgado de la mente humana se explica
como un fenómeno evolutivo de supervivencia de la especie, pues, ante la escasez,
tendrá más probabilidad de sobrevivir aquél que antes pueda consumir,
independiente del impacto de largo plazo de lo que consume o de lo que deba
entregar a cambio para lograrlo, incluso si se trata de sacrificar su bienestar
futuro o su libertad.
Por otro lado, en las decisiones de deuda también actúa una componente de expectativas positivas del consumidor, que lo llevan
a estimar un crecimiento de sus ingresos futuros cuando el país y los sueldos
crecen sostenidamente. Es natural que en este escenario los consumidores tiendan
fácilmente a gastar en forma anticipada los ingresos adicionales que esperan
obtener en el futuro. Sin embargo, esto también representa un error o sesgo por
parte del consumidor, en este caso en la proyección de sus ingresos futuros,
pues no considera la probabilidad de una crisis económica o simplemente de
perder su fuente de sustento. Naturalmente, ante una caída en el crecimiento económico
o la pérdida de su fuente de sustento, la deuda termina encerrando al
consumidor en una situación muy compleja.
¿Cómo cambiaría el comportamiento del consumidor si los retailers publicaran
junto al precio “spot” el precio total en cuotas (además de la cuota)? Creo que
muchos consumidores no saben hacer o simplemente no se dan la molestia de hacer
el cálculo del costo total en cuotas. Si tuviesen a la vista el costo total en
cuotas y lo compararan con el precio spot probablemente muchos preferirían hacer el
esfuerzo de ahorrar hasta contar con el dinero suficiente para comprar y pagar
en forma inmediata (ver figura 2).
En resumen, existen fuertes asimetrías de información en las
decisiones de consumo de aquéllos que usan el crédito para comprar productos
del retail. Al momento de tomar la decisión de compra muchos consumidores sobrestiman sus ingresos y capacidad de pago futuros o bien no tienen toda la información, el conocimiento o la capacidad para estimar los riesgos y los costos
económicos y emocionales asociados a la opción de “consumo ahora y pago después”.
Esto hace que los consumidores permitan sostener un modelo de negocio que va
contra los principios del revenue management y que, por consiguiente, nos
parece poco sostenible e ineficiente.
Es esperable que educando mejor al consumidor y entregándole más datos
relevantes para la toma de decisiones en la línea de eliminar las asimetrías de
información discutidas aquí, éste cambie considerablemente su comportamiento de
consumo con crédito, tomando decisiones más racionales, reduciendo sus riesgos
e incrementando sus niveles de ahorro y felicidad futura. Un esfuerzo en esta
dirección podría además contribuir a reducir la brecha en la distribución de la
riqueza en Chile.
El comportamiento de los consumidores no sólo va en contra del revenue Management, sino también de la teoría de consumo intertemporal, que indica, en términos simples, que un peso mañana vale más que un peso hoy.
ResponderEliminarHay amplia discusión en Economía sobre este punto, pero la explicación que tiene el mayor número de adherentes va en el camino de la "racionalidad limitada". Esto quiere decir que suponer que los consumidores (las personas en general) son "racionales" a la hora de tomar decisiones es un supuesto muy fuerte y para esto hay ejemplos como "hoy dia voy comer mi último chocolate porque mañana parto la dieta".
En algunos casos, los sujetos encuentran ciertas herramientas para combatir esto (por esto al recionalidad es limitada) por ejemplo, dejar puesta la alarma en el mueble del televisor. Se que si la alarma suena, no me levanto, pero si la dejo en el mueble, me veo forzado a pararme y apagarla.
Con los consumidores pasa un poco lo mismo. La asimetría se hace más grande porque no han encontrado (o no quieren usar) herramientas que les permitan reducir las deficiencias basales que tienen en la toma decisiones, lo que lleva que se generen resultados subóptimos.
Igual hay un beneficio en consumir antes cuando el consumo tiene algo de "inversión". Por ejemplo, cuando se compra un refrigerador se deja de perder comida
ResponderEliminarOtro punto interesante es que aparentemente el efecto “consumo ahora y pago después” es mas atractivo al sexo femenino y a los mas jovenes. Hay que tener esto presente.
ResponderEliminarVery interesting column. In your examples of specific products that have a higher price with interest (e.g. the video game console), I find it interesting to note that if the consumer had saved for another 6 to 24 months before purchasing the item, its price would probably also have dropped, thereby further reducing the cost to the consumer.
ResponderEliminarThis model of consumer spending seems to be very specific to some areas of the world - e.g. the Americas. France, for example, until very recently did not even offer such means of payment, which limited the ability of consumers to increase debt in that way. That said, more and more such credit card options are starting to appear...
Estimados
ResponderEliminarTodo interesante, pero faltó considerar las fuerzas del mercado en cada segmento.
Las personas con más solvencia tienen tarjetas bancarias, con intereses más bajos. Esto a su vez porque los bancos están obligados a provisionar sus incobrables y les obliga a tener clientes de bajo riesgo. Esto a su vez porque los bancos colocan capitales de terceros y no tienen margen (tasa de colocación –menos tasa de captación) suficiente para colocar sus tarjetas en los clientes de alto riesgo, lo que a su vez lleva a que los clientes de bajos ingresos no pueden tener tarjetas bancarias. Ahora bien, como son clientes de menores ingresos, tienen más riesgo de impagos, lo que se financia con la mayor tasa de interés, llevando lo que parece erróneamente injusto a un equilibrio.
En resumen, las fuerzas del mercado están equilibradas en cada segmento. Si no fuese así, existiría una oportunidad de mercado, la que sin duda alguna alguien tomaría para impulsar un negocio en ese segmento.
Es así de simple. Las fuerzas del mercado, que son millones de personas, todas bastante inteligentes, imponen los equilibrios y el sistema funciona.
Por el contrario, si imponen reglas nuevas, ocurrirá que alguien nuevo que siquiera imaginamos se hará rico aprovechando tal desequilibrio.
Es lo que pude observar estando muchos años a cargo del negocio financiero en Almacenes Paris y siendo consultor de Retail Financiero
Muchos saludos
Harald Weinreich
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